Playa de Las Canteras

Playa de Las Canteras
Las Palmas de Gran Canaria

22 diciembre, 2009

Un empresario ejemplar

Tirados se han quedado en los aeropuertos los viajeros, mayoritariamente emigrantes, que pensaban desplazarse en estos días navideños, con la compañía Air Comet. Tirados llevan ya ocho meses los trabajadores de esta empresa, que no cobran sus nóminas y, ahora, además, tienen un expediente de regulación de empleo, que los deja sin ingresos con los que mantener a sus familias.

¿Quién es el máximo responsable de esa empresa ejemplar? Lógicamente, un empresario ejemplar. Por eso preside la máxima institución empresarial, la C.E.O.E.

Un auténtico ejemplo para muchos empresarios españoles, que tienen como máxima el título de aquella película del gran Woody Alen, “Toma el dinero y corre”.

Los jóvenes que no valen para estudiar siempre se pueden hacer empresarios. Y, encima, muchos se vanaglorian de haberse hecho a si mismos y haber amasado una gran fortuna, a base de total ausencia de escrúpulos.

Con demasiada frecuencia te encuentras con empresarios cuyos estudios no llegaron siquiera al bachillerato. Desprecian a los empleados que tienen a su cargo con altos estudios. Ignoran las opiniones de los técnicos que se han preparado para dirigir las empresas. No valoran los datos de los balances que presentan los contables y no tienen reparos en mantener dobles o triples contabilidades, con los que engañar al fisco, o a las entidades financieras, presentando unos u otros estados contables, según convenga en cada caso.

Entretanto, van desviando los beneficios de las empresas a inversiones inmobiliarias, fondos de inversión con amplias ventajas fiscales o gastos suntuosos en restaurantes (o prostitutas) de lujo, cuando no en adquisición de favores de políticos, dejando a las sociedades descapitalizadas, unas veces, o a sus empleados, proveedores y clientes “mirando al cielo”, en muchas otras. En pocas palabras, un gran ejemplo.

Claro que hay empresarios serios, pero desgraciadamente no parecen ser mayoría.

En cualquier caso, el momento de crisis que vivimos debería ser una oportunidad para que se produzca un cambio profundo en el tejido empresarial español, que incluya, entre otros, una mayor exigencia en la preparación intelectual de las personas que se ponen al frente de una empresa, un mejor control fiscal y contable, que acabe con las grandes bolsas de dinero negro, y la persecución judicial de las personas que se encuentran al frente de empresas como la mencionada, que dejan en la calle a clientes, empleados y proveedores.

Posiblemente esto, y no la reforma del mercado del trabajo, es lo que nos va a permitir remontar la crisis. Al menos, no es creíble que la podamos remontar con la reforma que está propugnado el Sr. Díaz Ferrán y sus amigos “populares”, consistente en la aplicación implacable del despido libre.

11 diciembre, 2009

Comentario de la obra "Rey y Reina" de Henry Moore

Rey y reina (King and Queen) (1953) - Henry Moore (1898-1986)

Estamos ante una escultura monumental y exenta (170 x 150 x 95 cm.), realizada en bronce, que representa de forma solemne y enigmática a dos figuras humanas sedentes, muy estilizadas, de canon muy alargado, tanto en los cuerpos, como en brazos y piernas, donde se combinan los volúmenes cóncavos con los convexos. El grupo descansa sobre un banco que une y compacta a las figuras. Éstas tienen rasgos de hombre y mujer, sentados, descalzos y vestidos con largas túnicas. El hombre presenta uno de sus brazos extendido mientras apoya la mano sobre el banco en el que se sientan, de líneas muy elementales; a la vez, el otro brazo queda en reposo sobre su pierna. A su lado, la figura femenina que representa a la reina, mantiene el mismo porte erguido y estático. Sus manos aparecen juntas y apoyadas sobre el regazo. En ambas figuras destaca la representación realista de los dedos de manos y pies, frente al resto, muy estilizado. Los rostros impersonales, anónimos, consiguen representar perfectamente el semblante de un hombre con barba, con la mirada dirigida hacia el suelo. Junto a él, una mujer, de cara ovalada, con la cabeza alzada y ligeramente girada hacia su izquierda, contempla el infinito. Como es característico en la escultura de Henry Moore, el espacio forma parte de la obra: La mirada está representada por huecos que atraviesan totalmente las cabezas de los personajes. Asimismo, las coronas aparecen horadadas, mostrando la complementariedad entre la forma y el espacio.

La obra es figurativa, ya que en este grupo podemos identificar claramente las figuras masculina y femenina. Para Henry Moore la preocupación por la figura humana fue una constante en todas sus obras.

La independencia es un rasgo característico de Moore, quien nunca se sometió a ningún grupo artístico y cuya obra siempre estuvo libre de cualquier imposición ideológica o política. Como dice Cassou “…nunca un espectador tendrá por qué sentirse humillado o menos libre ante un monumento de Moore –no olvidemos que desde la antigüedad el concepto del monumento como signo de opresión es algo real y por ello siempre las revoluciones conllevan el rito de la demolición de estatuas como símbolo de tiranía-, el escultor inglés nunca en su dilatada vida realizó memorial alguno a ningún político, a ningún sistema represivo, ni a ningún hecho violento…”

Asimismo, habría que resaltar la definición que de él hace Franco Russoli “Moore intenta apresar la forma pura, emblemática, en la que se funden la sensación y la emoción, tanto individuales, como vinculadas a un momento de la vida”.

“Rey y Reina” fue realizada en la década de los 50 del siglo XX. Corresponde al período que va de 1945 a 1966, en el que el escultor entra en su verdadera madurez creadora. Fue encargada con motivo de la coronación de la reina Isabel II de Inglaterra. Está destinada a ubicarse en espacios naturales abiertos.

La obra de Moore no tiene un valor puramente estético: Toda su obra está impregnada de una profunda creencia en el carácter social del arte.

Argán confirma esta idea cuando nos dice: “Moore es el único artista de nuestro siglo que adopta y mantiene valerosamente, sobre todo en los momentos más dramáticos, una posición netamente humanista, de simpatía convencida por la infelicidad presente y de la firme confianza en el destino de la humanidad.” – y continúa - “…ofrecía la esperanza de que una nueva historia, sin culpas pasadas y presentes, estaba a punto de empezar”. Henry Moore, a lo largo de toda su vida persiguió el objetivo de dignificar la escultura.

La obra monumental de Henry Moore hay que relacionarla con su profunda admiración por la estatuaria egipcia (podemos ver un antecedente claro en la escultura de Rahotep y Nofret) y etrusca. Sus constantes visitas al Museo Británico o al Victoria and Albert influyeron en su obra. El posterior descubrimiento de la escultura de las civilizaciones precolombinas, Maya y Azteca, ejercería una influencia decisiva en la obra del escultor Británico. Asimismo se sentirá atraído por grandes maestros del Renacimiento, como Miguel Ángel, Giotto y Giovanni Pisano. Otro antecedente lo podemos encontrar en “El Profeta” de Gargallo que se exhibe en el Museo Reina Sofía de Madrid, en la que también se incorporan los espacios a la obra.

Henry Moore influyó directamente en varias generaciones de escultores, unos discípulos directos, como Anthony Caro Phillip King o Isaac Witkin; otros como Kenneth Armitage, Eduardo Paolozzi, Reg Butler, han reconocido la influencia del escultor británico en su obra.

Henry Moore nació en Castlefor, Yorkshire el 30 de Julio de 1898. Desde su infancia comenzó con trabajos de modelados en arcilla. El conocimiento de la obra de Miguel Ángel le hizo tomar la decisión de ser escultor cuando tenía once años.

Participó en la I Guerra Mundial, en la que sufrió un envenenamiento que le apartó del frente y que le posibilitó su recuperación en Inglaterra. El dinero que le otorgó el gobierno británico para su rehabilitación lo destinó a estudiar en la Escuela de Artes de Leeds.

Ya siendo profesor del Royal Collage of Art, obtuvo una beca que le permitió viajar por Francia e Italia, descubriendo a los grandes maestros. El conocimiento de las culturas primitivas, el arte egipcio y etrusco y, posteriormente, el descubrimiento de las civilizaciones Azteca y Maya influyó decisivamente en su obra.

Durante la II Guerra Mundial, la experiencia vivida en los bombardeos de Londres y la falta de medios para realizar las esculturas le llevaron a realizar una serie de más de 300 dibujos basados en su estancia en los refugios antiaéreos, que representaban las situación padecida por la población.

Incansable investigador de las formas y los materiales, de su primera época, Moore nos ha dejado obras en las que se enfocaba en la masa. Figuras reclinadas y maternidades son su tema favorito. Entre otras, Mother and Child (Madre e hijo,1925) o Head and ball (Cabeza y pelota, 1934).

En 1948 obtuvo el reconocimiento internacional en la Bienal de Venecia, lo que le iba a suponer importantes encargos y le van a convertir posiblemente en uno de los grandes escultores del siglo XX. Este prestigio le permitió recibir numerosos encargos, como el de Reclining figure (Figura reclinada, 1958), encargada por la UNESCO.

A partir de los años treinta comienza a horadar los materiales, para terminar dando la misma importancia en los años cuarenta a las formas y los espacios: Grupo familiar (1949), La familia o Rey y Reina (1953).

En España contamos con importantes obras del escultor Henry Moore, como son “Figura grande en el refugio”, junto a la Casa de Juntas de Guernika, que conmemora el bombardeo de dicha ciudad durante nuestra Guerra Civil y “El Guerrero Goslar”, figura recostada situada en las Ramblas de Santa Cruz de Tenerife que se exhibe allí desde la importante exposición “Esculturas en la calle” inaugurada en 1973.















Bibliografía:

http://www.cuentayrazon.org/revista/pdf/025/Num025_015.pdf

http://www.henry-moore-fdn.co.uk/matrix_engine/content.php?page_id=500

http://www.xtec.es/~jarrimad/contemp/gargallo.html

http://www.epdlp.com/pintor.php?id=316

http://www.artehistoria.jcyl.es/historia/obras/17179.htm

http://www.hiru.com/es/artea/artea_03620.html

09 diciembre, 2009

Fanático, contumaz, mezquino, aprovechado (A propósito de Aminetou Haidar)

Dice la página de la Real Academia Española de la Lengua, a propósito de la la palabra "fanático", lo siguiente: "Que defiende con tenacidad desmedida y apasionamiento creencias u opiniones, sobre todo religiosas o políticas."
Busco otra palabra que me resuena en la cabeza: Contumaz, y dice: "Rebelde, porfiado y tenaz en mantener un error."
Ya que tengo abierta la página web de la RAE, me da por buscar una palabra más: "aprovechado" y leo: "Dicho de una persona: Que saca beneficio de las circunstancias que se le presentan favorables, normalmente sin escrúpulos."
Este simple ejercicio me sirve para aclarar mis ideas.
En primer lugar, no parece normal que alguien se deje morir lentamente, siendo una persona dotada del espíritu luchador que indudablemente tiene Aminetou Haidar. Sus creencias y opiniones, religiosas y políticas, no parecen injustas, ni erróneas, ni interesadas. Más bien al contrario, forma parte de un pueblo al que han robado su identidad y su territorio. Un pueblo que estuvo colonizado muchos años por otro pueblo, cuyo gobierno envió a un ministro de trabajo, para negociar la entrega del territorio, cuya soberanía había mantenido a sangre y fuego, a un tercer país. El ministro en cuestión tenía intereses en la explotación de la principal riqueza de que dispone el territorio entregado. Así que lo lógico, para los que gobernaban en ese momento, era que fuese él quien negociara sus propios intereses.
Por tanto, lo que defiende la señora Haidar es legítimo y, sin embargo, me parece muy duro entregar la propia vida. Más ahora, que acaba de tener un reconocimiento internacional, que le va a dar el prestigio necesario para que sean escuchadas sus reclamaciones en relación con la lucha de su pueblo. Es muy generosa la entrega de Aminetou. Ha renunciado a los favores que le ofrece el gobierno de España, en donde podría vivir cómodamente, con los beneficios del estatus de refugiado político, sin abandonar su reivindicación para el pueblo Saharaui, y ha entregado su propia vida.
Pero su tenacidad, a pesar de ser justa, es desmedida y le va a hacer perder la vida, posiblemente, en las próximas horas. Aún abandonando la huelga de hambre, las lesiones de su maltrecho organismo tendrán graves secuelas. Su pasión por defender lo que cree justo va a tener un elevado coste.
En contra de toda lógica, el territorio del Sahara se le entregó a un país que no tenía ningún derecho histórico, cuya población no tenía nada que ver con la etnia que habitaba este desierto. Bueno, lo de entregar a un país no es más que un eufemismo. Se le entregó al rey que mantenía, y mantiene su sucesor, sometido a ese país. ¿Cuál era la causa que podía argumentar? Muy fácil, contaba con una horda de desheredados con los que organizar una marcha suicida, que atravesando fronteras minadas ocupara el Sahara. Su intención era clara: provocar una matanza entre sus súbditos, con la que legitimar sus absurdas aspiraciones expansionistas. Tuve la ocasión de ser testigo forzoso del discurso que pronunció el General Gómez de Salazar, último mandatario militar en el Sahara, cuando en el añoo 1976 se bajó del avión en la Base Aérea de Gando, tras la Operación Golondrina, última operación militar destinada a abandonar el territorio. Decía el buen señor Gómez de Salazar, algo cabreado, que le habían mandado defenderlo y lo habían defendido, que le habían mandado retirar las minas y las habían retirado, que le habían mandado salir corriendo y lo habían hecho, todo ello con mucho esfuerzo y sufrimiento del Ejército Español. Creo que sus palabras nunca fueron publicadas.
Pero la contumacia lleva aparejado algo más: la tenacidad en mantener el error. ¿Qué han hecho Hassan II y su sucesor con este territorio? Primero, mantener en explotación, perfectamente vigilado y defendido, el gran recurso natural del territorio Saharaui: los fosfatos de Bucraa. Tanto el punto de extracción, como la larga cinta transportadora que lleva el mineral hasta El Aaiun, están absolutamente preservados hasta de la mirada de intrusos. Recientemente, a alguien que conozco, que visitaba El Aaiun, se le impedía hacerse fotos teniendo de fondo la desembocadura al mar del oro del Sahara.
En segundo lugar, poblar el espacio dejado por los Saharauis que huyeron al desierto, con población marroquí. Ante la posibilidad de que finalmente se realice el referéndum, cuya celebración viene demorando la O.N.U. de forma vergonzosa, la táctica consiste en que sus súbditos sean clara mayor¡a. Ya han pasado más de treinta años y, posiblemente, a estas alturas, los marroquíes dupliquen a los saharauis que quedaron en las pocas ciudades con que cuenta el territorio en litigio.
Entre tanto, los que huyeron al desierto malviven sin agua, sin electricidad y sin las infraestructuras mínimas que precisa la población. ­¡Quizá se equivocaron!
Por último, Marruecos se ha volcado en atraer a dos socios internacionales que consienten: los EE.UU., por ser su último aliado político entre los pa¡ses árabes, mientras el otro, Francia, mantiene un fructífero comercio que explota la producción agrícola y pesquera que controla el rey de Marruecos. No olvidemos que los EE.UU. y Francia son miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la O.N.U. La labor de este Organismo internacional es, cuando menos, muy dudosa, en lo que al Sahara se refiere: llevan más de quince años promoviendo un referéndum de autodeterminación, para acallar las actividades de hostigamiento del Frente Polisario, que nunca llega a celebrarse.
Se me había olvidado buscar en el diccionario otra palabra: mezquino pero esa sabemos todos qué significa y es la que mejor podemos aplicar al diplomático marroquí que, días atrás, dudaba de que la huelga de hambre de Aminetou Haidar fuera auténtica, dudando de que por las noches se hartara a comer, y le conminaba a "pedirle perdón al rey de Marruecos". Da arcadas.
Finalmente están los aprovechados. Aquellos cuya estrategia es sacar beneficio de todo lo que se le presenta favorable, o de todo aquello que le resulte desfavorable al enemigo. No sé si el paciente lector se percata de que me refiero a Mariano y Soraya que, a falta de ideas propias, se dedican a atacar las ideas ajenas.
El asunto de Aminetou Haidar es muy peliagudo porque le va la vida en ello. Al gobierno le ha tocado, una vez más, "la papa caliente". Haga lo que haga estará mal hecho. El error, decía Soraya, ha sido admitirla de vuelta, cuando los militares marroquíes la expulsaron. Posiblemente, si hubieran estado ellos gobernando, habrían empezado una nueva guerra de perejil.


04 diciembre, 2009

Visita a Las Meninas

En el paseo de Recoletos, en el centro de Madrid, nos encontramos un conjunto de edificaciones que forman el Museo del Prado, que está considerada una de las mejores pinacotecas del mundo. En su interior aloja, entre otras, la mejor y más extensa colección de obras de Velázquez.
Presidiendo su fachada principal se encuentra la escultura sedente del pintor sevillano Diego Rodríguez de Silva y Velázquez (1599-1660).
La presencia de esta escultura en una ubicación tan significativa está justificada por su relevancia en la historia de la pintura de todos los tiempos y por la calidad y amplitud de la colección permanente.
Sin visitar la planta baja, nos dirigimos sin más preámbulos a su planta principal, en donde en una amplia sala, flanqueado por los más conocidos cuadros de Velázquez, que posee nuestra primera pinacoteca: Las Hilanderas, Los Borrachos, La Fragua de Vulcano, en el centro de todos, vemos Las Meninas, obra cumbre del pintor y uno de los máximos exponentes de la pintura barroca en España.
La obra de la que nos ocupamos es un lienzo de grandes dimensiones, 318x276 centímetros, pintado al óleo, en los últimos años de la vida de Velázquez (1656), que representa al propio autor, de pie frente al lienzo en el que está trabajando, mientras irrumpe en su estudio una escena familiar, que dio nombre en un primer momento al cuadro: La Familia [de Felipe IV].
Observamos a la infanta Margarita, hija de los reyes Felipe IV y Mariana de Austria, en ese momento heredera al trono, con cinco años de edad y vestida de blanco, en el centro de la composición y primer plano, flanqueada por sus damas de compañía, María Agustina de Sarmiento que, de rodillas, le ofrece una jarrita, e Isabel de Velasco, de pie al otro lado, haciendo una leve reverencia.
A nuestra derecha también están representados los bufones, la enana María Bárbola y Nicolasito Pertusato, que está dando una patada al perro, un mastín llamado León.
El pintor está representado con traje de corte, con la Cruz de Santiago en el pecho, reivindicando su condición de caballero e intelectual. En el momento en el que se pintó el cuadro, aún no se le había concedido en nombramiento de la orden, que obtuvo en 1658, por lo que se especula con la posibilidad de que la cruz fuera añadida con posterioridad.
Dignifica así el arte de la pintura que era considerado por sus contemporáneos como un trabajo artesanal impropio de los intelectuales. Mientras está realizando el retrato de la familia real, la pose del pintor más que de pintar es de reflexionar, dando a entender la base intelectual del oficio de pintor.
En un segundo plano observamos a la camarera mayor Marcela de Ulloa, que conversa con el guardadamas Diego Ruiz de Ascona.
Al fondo de la escena aparece José Nieto, mayordomo de palacio, en el vano de la puerta. Es precisamente esa puerta abierta la que ilumina lateralmente el fondo del cuadro. Este cuadro fue pintado para estar ubicado en un despacho real, dentro del Alcázar de Madrid, que tenía una entrada de luz desde ese mismo ángulo.
El mayordomo podría estar en esa posición, a la espera de los movimientos de los reyes, que se ven reflejados en el espejo, en el centro de la composición, mientras posan para el pintor.
La obra que en principio se tituló “La Familia”, en alusión a la escena familiar que representa, pasó a llamarse en el siglo XIX “Las Meninas”, por la presencia de la princesa Margarita, sus damas de honor y los bufones que le acompañan. El término “meninas”, que podría ser de origen portugués, está relacionado con la pequeña estatura de los personajes centrales de la escena.
Toda la acción transcurre en una estancia del Alcázar de Madrid, en dónde Velázquez tenía su estudio como pintor de la Corte, decorada con una serie de cuadros de carácter mitológico, que vemos en el fondo de la estancia.
Para finalizar, hemos de observar que la obra, máximo exponente de la pintura española del barroco, forma un conjunto espacial de extraordinaria complejidad, debido a la representación del propio autor en la escena y a la aparición de los personajes, objeto de la obra en la que está trabajando, reflejados en un espejo. Todo ello sitúa al espectador en el centro de la acción.


Fuente: Visita personal al Museo del Prado y su web institucional: http://www.museodelprado.es

01 diciembre, 2009

¡Andando!

No sé aún si he acertado al elegir estos estudios. Quería aprender. Quería aprender historia. No estoy aprendiendo mucha historia. Todavía. Vamos a ver que pasa, pero entre tanto voy andando.
Siendo niño, mi Madre, cuando quería dar por terminada la discusión o las protestas, me decía: ¡Andando!.
Desde entonces no he parado de andar. Bueno, a veces me he concedido algún inútil descanso, cuando los embates de la vida me han dado algún revés, pero rápidamente he reanudado la marcha. Puede que cambie de camino, pero tendré que seguir andando. El día que me pare puede que esté acabado.
Esto es un pensamiento. Lo demás, casi todo, van a ser opiniones.